LA EDAD DE LOS SUEÑOS


Beatrix, o como su hermana solía llamarla de pequeña, Trixie, permanecía sentada en el aterciopelado sofá. Mientras tanto, el tocadiscos giraba impasible a las voces, humos y vapores que flotaban en el local aquella tarde de agosto de 1956. Golpeteaba rítmicamente con su mano el dorso de la de Barry, su Barry. El cabello rizado azabache de Trixie, había dejado paso a finas hebras plateadas que aún caían sobre sus hombros. Ambos mantenían los ojos cerrados, elevando la lenta y acaramelada voz de Ella Fitzgerald por encima del tintineo de los vasos, mientras una trompeta quebraba el aire como si estuviera tejiendo hilillos de oro.

—¿Te arrepientes de algo Barry?

—¿Qué? —sostuvo Barry alargando la última vocal para ganar unos segundos mientras pensaba. Trixie se encogió de hombros y continuó moviéndolos al compás de Dream A Little Dream Of Me—. Supongo que me arrepiento de muchas cosas. —Los ojos de Trixie se abrieron como platos.

—¿Ah sí? ¿Y qué cambiarías?

—Haberte conocido tan tarde.

—Pero Barry, si llevamos juntos desde los diecisiete años.

—Diecisiete años perdidos.

La mano de Trixie acarició el rostro lleno de manchas de Barry y sus labios se juntaron una vez más.

Imagen de Chris Bair en Unsplash


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