EL MONSTRUO DE TU ARMARIO
Hola, Martín. Soy mamá. He buscado otras maneras de decirte lo que siento, pero no soy capaz de comunicarme contigo. Siempre estás demasiado ocupado, por eso te escribo esta carta con la esperanza de que la leas cuando levantes la almohada, justo antes de acostarte. Me está costando horrores escribirla, así que espero que valores lo que estoy haciendo. Trato de encontrar un momento de calma cuando terminas de comer y estás más tranquilo, porque sé que por la noche no te gusta que te hable, sin embargo, nada más levantarte de la mesa, te enchufas a los aparatos como si fueran un suero al que necesitas conectarte para no morir, y eso no está bien. Pasas las horas muertas enganchado a los videojuegos, gritándole a un personaje ficticio y culpándole por los fallos que tú mismo cometes, cuando lo único que él puede hacer es moverse conforme tú se lo ordenas. Lo cierto es que, lo de culpar a los demás por nuestros errores, solemos hacerlo todos, pese a que no juguemos a la consola. No te cul...